Cabinas creadas con contenedores reciclados y cien por cien aisladas para acabar con los contagios
Están diseñadas para evitar el acercamiento, se pueden instalar en cualquier terreno y se construyen en cuatro semanas
Los emprendedores chilenos Francisco Rojas y Julián Marín, fundadores de Hobe, han creado un modelo de cabinas hospitalarias de bajo costo, que garantizan un 100% de aislamiento y pueden instalarse en cualquier lugar. Módulos que han llamado HOBE MEDICAL y que están dotados del sistema de limpieza Delphin DP S8 –usado también en Wuhan para combatir el coronavirus– y el sistema de telesalud AccuHealth, para minimizar el contagio del personal médico. Se construyen por encargo y su fabricación tarda cuatro semanas. Las primeras estarán listas en las próximas semanas.
Estas cabinas modulares e individuales tienen un coste de entre 40.000 y 50.000 dólares, dependiendo de las especificaciones requeridas por el cliente. Los módulos son para 11 o 6 personas que se instalan en cualquier sitio en 24 horas.
Puede ser la respuesta a las necesidades de aislar pacientes que busca medio mundo, entre ellos países como España, Bolivia, Ecuador, Italia y Estados Unidos, que ya han mostrado interés por las cabinas.
“Estos habitáculos cuentan con climatización, televisión y todas las comodidades para que una persona pueda pasar la cuarentena”, explica Francisco Rojas. “Son herméticos y están aislados y tienen el sistema de desinfección y limpieza Delphin DP S8, capaz de purificar y desinfectar el aire de manera permanente”. El equipamiento Delphin es el mismo que actualmente se utiliza en la ciudad de Wuhan, en China, para combatir el coronavirus.
Otra de las ventajas de Hobe Medical es que cada habitáculo incorpora el sistema de telesalud AccuHealth, capaz de medir a distancia la oxigenación de la sangre, presión, temperatura, entre otras funcionalidades a través de sensores, minimizando el contagio de personal médico. “Nos hemos unido a AccuHealth para implantar sensores en los pacientes y que puedan ser atendidos a distancia y que tengan la mayor cantidad posible de controles sin tener que hacer las visitas a las habitaciones. Esto va a reducir los contagios cruzados entre médicos y pacientes”, concluye Rojas.
Las cabinas incluyen tomas eléctricas para la instalación de equipos médicos y además espacio para una cama, una silla y un pequeño escritorio. Cada habitáculo, construido dentro de contenedores reciclados, mide 1,90 metros de ancho por 2,20 metros de largo, aproximadamente. Tienen capacidad para acoger entre 6 y 11 pacientes, pueden incluir una sala de evaluación y dos baños para médicos. “Para nosotros la dignidad de las personas es sumamente importante, por lo mismo pensamos que nuestras habitaciones ofrecen total privacidad y va a permitir una mejor atención de cada persona”.
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