El cuidado de la salud es cada vez más tecnológico
Entre las actividades en las que mayor impacto han tenido las herramientas digitales destaca, sin duda, la sanidad. Considerando tanto la perspectiva de los ciudadanos, para los que internet ha sido uno de los principales medios de información sobre la evolución de la pandemia, como la de las autoridades sanitarias, que han recurrido a servicios digitales innovadores para el control y seguimiento de los contagios, sin olvidar la contribución de las tecnologías digitales en la búsqueda de vacunas, se puede afirmar que la lucha contra la COVID-19 hubiera sido mucho más difícil sin tecnologías como la inteligencia artificial o el big data.
LAS TECNOLOGÍAS DIGITALES AL SERVICIO DE LAS AUTORIDADES PÚBLICAS PARA EL CONTROL Y MONITORIZACIÓN DE LA PANDEMIA
En el ámbito de la ciudadanía se ha observado un notable incremento del uso de internet para buscar información relacionada con la salud. Si en 2019 el 60,1% de los españoles con edades entre los 16 y los 74 años utilizaron su conexión a internet con dicha finalidad, en 2020 el porcentaje subió al 67,1%. Las mujeres utilizan mucho más internet para buscar información de salud que los hombres (el 73% frente al 61,1%).
En España el INE, en colaboración con los tres principales operadores de telefonía móvil (Telefónica, Orange y Vodafone), llevó a cabo un estudio de la movilidad de los españoles durante el primer estado de alarma, denominado DataCovid. Este estudio se basó en la posición de más del 80% de las líneas móviles existentes en el país. El territorio nacional se dividió en cerca de 3.200 áreas de movilidad, y se ofreció información sobre la población residente en cada área, el número de personas que diariamente permanecían en su área de residencia, la cifra de quienes se desplazaban fuera de su área y los principales destinos a los que se dirigían los que salían de su área. Esta información se puso a disposición de las comunidades autónomas para ayudarlas en el diseño de sus planes específicos de desescalada de los primeros confinamientos y para la definición de los confinamientos selectivos.
Herramientas digitales como la IA también han sido claves para una gestión eficiente de los recursos sanitarios. Por ejemplo, la empresa vasca Sherpa.ai, una de las más importantes del mundo, desarrolló una plataforma para el Departamento de Salud del Gobierno Vasco con previsiones de ocupación de las UCI a 7 días, y predicciones sobre los lugares donde se podían producir nuevos brotes.
CUANDO LA DIGITALIZACIÓN SE IMPONE COMO UNA NECESIDAD
La emergencia global sanitaria ha puesto al límite a los sistemas de salud de todos los países. Desde que se desencadenó la pandemia, la demanda de atención médica creció exponencialmente y colapsó la atención primaria y los hospitales. En consecuencia, las infraestructuras sanitarias fueron desbordadas, y el personal se mostró insuficiente para hacer frente a la crisis, a pesar del esfuerzo sobrehumano realizado, y el coste humano fue el agotamiento físico y moral de las plantillas de los centros.
Herramientas digitales como la IA también han sido claves para una gestión eficiente de los recursos sanitarios.
Una de las consecuencias de esta situación es el auge que ha conocido la telemedicina en los últimos tiempos en todo el mundo, como una forma de dar asistencia médica a través de plataformas digitales de forma masiva en medio de la pandemia, con lo que se evita el contacto y se garantiza el cumplimiento de las normas de distanciamiento social. Es tan solo el principio de una tendencia que irá cobrando fuerza en los próximos años y se quedará tras la erradicación del coronavirus.
Se prevé que en 2050 uno de cada cuatro ciudadanos europeos y norteamericanos tenga más de 65 años. El tipo de sanidad demandada en los países occidentales está fuertemente condicionada por el envejecimiento de la población y por el aumento de la esperanza de vida. Mientras que los centros hospitalarios que existen en la actualidad fueron diseñados para atender problemas de salud de poblaciones relativamente jóvenes, más o menos agudos, el esquema actual implica hacer frente a las necesidades de colectivos crecientes de mayores, cuyas patologías son crónicas y complejas.
El modelo actual deberá transformarse para dar soluciones a esa demanda sanitaria cambiante, en la que el dato será un insumo esencial de cara a optimizar mediante el uso de máquinas inteligentes numerosos procesos dentro de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento, que ahora son en su mayor parte realizados por personas.
EL PASO HACIA LA TELEMEDICINA
La telemedicina no sustituye a la prestación presencial de medicina, pero sí la puede complementar aportando varias ventajas. Por un lado, ofrece un acceso homogéneo desde la perspectiva geográfica a la atención primaria y a ciertas especialidades, como, por ejemplo, psicología, traumatología o dermatología.
El nuevo paradigma parte de la idea de que los pacientes ya no son tratados como casos aislados, puesto que las tecnologías digitales permiten agregar los datos individuales, de forma que surgen mecanismos en el sistema de salud para acceder y compartir información relacionada con la salud, con el objeto de detectar tendencias médicas con una mayor rapidez y precisión.
La digitalización de la prestación de la asistencia sanitaria es un proceso que ya está en marcha.
Asimismo, la abundancia de información médica existente en la actualidad invita a implicar al paciente en el proceso de su propio cuidado de la salud a lo largo de la vida, ayudándole a identificar síntomas de enfermedades y formándole en un enfoque proactivo de la prevención. Se trata de concebir la salud individual dentro de un proceso que se extiende a lo largo de la vida, frente a la visión clásica centrada en los episodios médicos puntuales.
La digitalización de la prestación de la asistencia sanitaria, en todas sus facetas, es un proceso que ya está en marcha. El uso intensivo del dato y la aplicación de tecnologías relacionadas con las redes y la inteligencia artificial están dándole forma al sector de la salud del futuro. Las principales tendencias parten de la implicación del paciente en el cuidado de su salud y de la aplicación de la telemedicina.
El autocuidado de la salud a través de dispositivos móviles es otro campo en abierto crecimiento, desde aplicaciones para perder peso o de vigilancia y seguimiento de la actividad deportiva hasta otras que apoyan para sobrellevar enfermedades.
La telemedicina es una forma de interactuar con los pacientes a través de dispositivos de telecomunicaciones, que permite realizar consultas médicas, transmitir información (por ejemplo, los resultados de una analítica) y monitorizar determinadas constantes, de forma que ayuda a evitar los desplazamientos innecesarios y las concentraciones en hospitales y centros de salud.
El cloud computing es una solución muy interesante de cara a la implantación de sistemas sanitarios digitales, dado que facilita que los hospitales puedan prescindir de invertir en infraestructuras informáticas propias, y no tengan que preocuparse de su mantenimiento y actualización.
LA MADUREZ DIGITAL DE LA SANIDAD ESPAÑOLA
La Fundación COTEC y la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) han elaborado el Índice de madurez digital en salud, que refleja el grado de desarrollo e implantación de herramientas, modelos y servicios digitales en el ámbito de los sistemas sanitarios de las comunidades autónomas.
La principal conclusión del índice es que la madurez digital general de los servicios de salud es baja, ya que solo alcanza alrededor del 31,7%. Atendiendo a las distintas perspectivas consideradas, la más desarrollada es la correspondiente al desarrollo de infraestructuras IT de salud digital, que llega hasta el 42,3% de media, seguida por servicios digitales para profesionales, que se sitúan en un 41,3%. Es notable el bajo porcentaje de los servicios digitales para pacientes (22,8%).
Los sistemas analíticos no tienen relevancia y suponen el mayor desafío actual en lo que a transformación digital se refiere (17,8%). El estudio subraya que, si bien durante los últimos años se ha alcanzado un nivel de madurez alto en ciertas iniciativas como la gestión de citas, el acceso a la historia clínica electrónica por parte de los profesionales y la prescripción electrónica, existen muchos otros ámbitos de la salud digital que apenas registran niveles básicos, lo que penaliza, por tanto, el índice de madurez global.
ALGORITMOS INTELIGENTES DE BATA BLANCA
La inteligencia artificial tiene el potencial suficiente para llegar a transformar completamente la forma en que se presta actualmente el cuidado de la salud. Por una parte, va a ofrecer unas prestaciones mejores y más eficientes en términos de costes y, por otra, va a ayudar a hacer frente a la carencia estructural de personal a la que se enfrenta el sector sanitario. La automatización de muchas tareas sanitarias puede llegar a ahorrar entre el 20% y el 80% del tiempo dedicado a funciones repetitivas y rutinarias de los trabajadores del sector, de acuerdo con un informe elaborado por McKinsey & Company.
La incorporación de los sistemas inteligentes en la sanidad probablemente se acentúe a partir de esta crisis, aunque se trata de un fenómeno que tiene su origen en tendencias más profundas y a más largo plazo. La gran cantidad de datos sanitarios que hemos producido en la pasada década supera la capacidad humana de gestión, tanto por su volumen como porque la mayor parte son datos no estructurados, es decir, que no están contenidos en bases de datos y sujetos a un formato común manejable.
Por otro lado, la evolución de la tecnología informática sanitaria se ha ido desplazando de los productos a las plataformas, y de estas a las soluciones. Mientras que en las pasadas décadas la innovación se centraba en los productos, en esta se ha producido el desarrollo de las plataformas sanitarias para el cuidado en tiempo real. Se espera que la que viene protagonicen las soluciones médicas basadas en la inteligencia artificial, la robótica y las realidad virtual y aumentada.