Se trata de una propuesta que ya comenzó a discutirse en la Comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión del Senado local, que cuenta con el apoyo del Ejecutivo Nacional, y que prevé conectar a los casi 8.500 Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y los 1.500 hospitales públicos que conforman la red de Salud pública de Argentina. La clave es sencilla: declarar a la telemedicina como un servicio de telecomunicaciones y sumarlo al listado de programas que el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) contempla en el marco del Fondo Fiduciario del Servicio Universal (FSU).
Y dice expresamente: “Este servicio será operado preferentemente por la empresa de telecomunicaciones del Estado Argentino (Arsat), o por los operadores privados o cooperativas. Los gastos que demanden la conectividad, informatización y mantenimiento serán solventados por el FSU”.
De esta manera, la iniciativa abastecería de conectividad “a ultra banda ancha” a los centros de salud urbanos y también a los que están ubicados en las regiones más alejadas del vasto territorio argentino, al tiempo que les propiciaría mejoras y eficiencias en sus procesos administrativos, incrementaría sus calidades prestacionales y facilitaría la recolección de información para desarrollar políticas públicas basadas en datos.
“La idea es que, a partir de la sanción de la ley, la telemedicina sea considerada un servicio de telecomunicaciones que merezca el apoyo del servicio universal y del FSU; un financiamiento que se corresponde tanto para Arsat como para los operadores privados, cooperativas e ISPs de todo tipo”, explicó Guillermo Schor Landman, uno de los autores del proyecto e histórico promotor de la telemedicina en Argentina, en diálogo exclusivo con TeleSemana.com, al tiempo que agregó: “Sobre todo, considerando que los más necesitados de este tipo de servicios son aquellos lugares que están más alejados o por fuera de las grandes ciudades”.
La necesidad de conectividad en Argentina es enorme y lo grafica, por ejemplo, la existencia de unas 400 localidades que cuentan con un nodo de Arsat pero que no poseen un operador, es decir, que la fibra pasa por la puerta del pueblo pero no conecta a nadie; un conflicto que se profundiza si al foco se lo pone en Salud.
“Es absolutamente indispensable contar con un sistema de información soportado por una red de telecomunicaciones/TIC que permita compartir información en tiempo real entre todos los prestadores de servicios socio-sanitarios”, argumenta este proyecto al tiempo que valora “vital la implementación de TICs, ya que contribuiría a que los sistemas de información sanitaria sean mucho más eficaces y eficientes”.
La iniciativa enfrenta su segunda oportunidad en el Senado luego de haber alcanzado estado parlamentario durante la administración de Mauricio Macri pero perderla por falta de tratamiento. Así, en sus cinco años de existencia y presentado ante la Cámara por María Inés Pilatti Vergara, senadora nacional por el Frente de Todos, consigue ahora una oportunidad de repechaje que ya obtuvo más frutos, al haber conseguido su primera instancia de debate en comisión.
“En esta oportunidad, el proyecto avanza con mucho apoyo a diferencia del intento anterior, porque tenemos mejor sintonía a la hora de diagnosticar el problema”, sostuvo en diálogo con TeleSemana.com Agustín Kozak, economista que integra el equipo de especialistas que trabajan en la iniciativa, y admitió su “optimismo”.
En Argentina, 2021 es un año electoral y todo es factible de ser priorizado por esa matriz. Sin embargo, la necesidad que esta iniciativa busca resolver es imperiosa, es urgente y es masiva. La telemedicina fue el modo en que muchas personas pudieron dar continuidad a sus tratamientos médicos durante la pandemia y/o acceder a una primera consulta. El hecho de considerarlo un servicio de telecomunicaciones dotará a esta práctica de estándares de calidad, pero también otorga a los operadores una propuesta adicional de negocio.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
