Lecciones de innovación Israelí en Latinoamérica
Israel es líder en tecnologías de avanzada: fintech o tecnofinanzas, agro, realidad aumentada, inteligencia artificial, smart cities, impresión 3d, media y también Medtech.
“Israel es la nación de las startups, pero es mucho más. Es la nación del impacto. Si analizamos su tecnología ha mejorado la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, en el ámbito de la medicina, la ciencia, la agricultura, la inteligencia artificial, la educación”, afirma uno de los organizadores del Innovation Experience Israel Summit 2020 , un evento que se llevó a cabo en forma virtual para presentar algunas soluciones para el sector de la Salud propuestas por el ecosistema israelí.
Durante el evento, que tuvo como oradores a Galia Barkai, Head of Telemedicine en el Sheba Medical Center; Dany Schmit, CEO Latin America del Instituto Weizmann; Débora Bublik R&D Director CTG Pharma; Avi Jorish, escritor; Tal Ben Shahar, fundador de Hapiness Studies Acdemy y Reem Younis, fundadora y CEO de Alpha Omega, se trataron temas, como Telemedicina, inmunoterapia contra el cáncer, chips para el cerebro y hasta los secretos de la felicidad, todos con un denominador común: el COVID-19.
La experiencia del Sheba Medical Center
Galia Barkai, coordinadora de Telemedicina en el Sheba Medical Center, el hospital más importante de Israel, fue la encargada de implementar el sistema de Telemedicina para todos los pacientes positivos de COVID-19. Comenta que en Israel antes del COVID-19, la telemedicina ya estaba ocurriendo a nivel comunitario. “Todos los ciudadanos israelíes obtienen sus servicios de salud de uno de los cuatro fondos de salud, los cuales ya han adoptado la telemedicina y tecnologías relacionadas”.
Sin embargo, en los hospitales la telemedicina no era común, afirma Barkai: “Sheba fue uno de los primeros en probar y desarrollar los servicios de telemedicina con programas especiales de hospitalizaciones de psiquiatría en el hogar. En lugar de estar internados por una patología psiquiátrica los pacientes recibían un paquete de tecnología y se iban a su casa para recibir toda la atención médica. También lanzamos otros servicios, como rehabilitación cardiovascular en el hogar, sin embargo, todo se venía desarrollando muy lentamente porque la gente se mostraba reticente a adoptar nuevas tecnologías, especialmente los médicos”, afirma la especialista.
Pero nadie imaginó el arribo del COVID-19, el virus que aceleró los cambios al máximo. La Dra. Barkai cuenta que, ante la crisis, trabajaron en tres frentes: “el primero, fue usar la telemedicina para tratar a los pacientes internados. Esto nunca lo habíamos hecho antes. Utilizábamos esta tecnología para tratar y rehabilitar a los pacientes a distancia, pero ahora teníamos que atender a los internados y al mismo tiempo proteger al personal sanitario reduciendo su exposición.
No sabíamos mucho sobre esta enfermedad y todos teníamos mucho miedo, entonces, para no infectar a otras personas, hicimos un lugar separado en nuestro campus especial para los pacientes con COVID. Creamos una carpa donde pusimos toda la tecnología y los monitores, para los médicos y enfermeros, y dejamos tecnología también en el cuarto del paciente. Utilizamos todo tipo de tecnología.
De esta forma, creamos un modelo totalmente nuevo, en el cual no era necesario ingresar a revisar a los pacientes que no estaban tan enfermos, sino que se comunicaban con los médicos por video y eran monitorados a distancia”, explica la doctora, quien agrega que a medida que llegaban más pacientes construyeron una UTI nueva, muy grande y subterránea, para los pacientes con COVID y utilizaron los robots de telepresencia para reducir la necesidad de exponer al personal sanitario en el área infectada.
El rol de la telemedicina en los hogares
El segundo concepto con el que trabajaron desde el comienzo fue entender que la mayoría de los pacientes no tenían que estar internados en el hospital.
“Creamos un nuevo modelo de hospitalización ambulatoria de pacientes con coronavirus, que no necesitaban internarse porque no estaban tan enfermos. Para ello utilizamos nuestra plataforma de telesalud, la aplicación Datos, que permite a los profesionales médicos controlar a los pacientes desde la comodidad de sus hogares. Lo que hicimos fue muy simple, que el paciente descargara la aplicación Datos en su celular y con ella monitoreara sus signos vitales, desde casa. Solo necesitaban el termómetro y el oxímetro para poder verificar la saturación de oxígeno, que es el signo vital más importante para el COVID.
El paciente cargaba los datos a diario y luego recibía un cuestionario específico sobre el coronavirus. Una vez al día conversaba con su infectólogo a través del video y por la aplicación”, explica Barkai.
El Ministerio de Salud de Israel adoptó esta tecnología y permitió que la usaran los fondos de salud en los pacientes con coronavirus para tratarlos ambulatoriamente y de ahí llegaran estos servicios a toda la comunidad.
También desarrollaron un modelo para pacientes críticos, que no han podido utilizar, e incluía mas tecnología de monitoreo y dispositivos para realizar análisis y exámenes físicos. Este programa se puede proveer a quienes quieran utilizarlo.
La importancia de seguir cuidando la salud
“El tercer concepto en el que trabajamos fue sobre nuestros pacientes que no tenían COVID, estaban confinados y no podían venir a Sheba a recibir sus servicios regulares de salud. Este es el hospital más grande de Israel, uno de los más famosos, nominado como el noveno mejor del mundo, según Newsweek. Entonces, tenemos muchos pacientes y lo que hicimos en diez días (ya teníamos la tecnología) fue cambiar 120 clínicas ambulatorias a clínicas por video. No solo fue proveer la videotransmisión, sino también el proceso administrativo, la conexión con el fondo de salud que iba a pagar por los servicios, etc.”, comenta Barkai.
El hospital Sheba cuenta con un programa para ayudar a implementar telemedicina a nivel mundial. La Dra Barkai considera que para los próximos años los médicos, como profesionales de la salud, deberán desarrollar otras destrezas y utilizar mucha más la tecnología. “Esta nos va a ayudar a recibir más información sobre los pacientes, a tomar las decisiones correctas y a democratizar el acceso a la medicina. La tecnología no nos va a reeemplazar, eso no me preocupa en absoluto,” concluye Barkai.
¿Qué tiene de especial la investigación israelí?
Dany Shmit es CEO Latin America del Instituto Weizmann, ubicado en el top ten de los institutos de ciencia del mundo. Desde su experiencia, considera que el éxito de la investigación israelí está en “un modelo basado en la búsqueda de la excelencia, de las mejores personas que podemos reclutar en el mundo; invertir muy a largo plazo; dar libertad a los científicos para que puedan investigar lo que a ellos les interesa y luego poder transferir el conocimiento para el bien de la humanidad. El lema del instituto Weizmann es: “Ciencia para el beneficio de la humanidad”, señala Shmit.
El experto cuenta que crearon una compañía tecnológica llamada Yeda, que significa “conocimiento” en hebreo. “La función de Yeda es dialogar con los científicos, identificar dónde se crea conocimiento importante y nuevo, patentarlo y luego llevarlo a la industria. Las compañías privadas fuera de Weizmann son las que desarrollan ese producto. Nunca somos parte de las compañías o del producto que se crea finalmente, pero sí recibimos royalties, que se dividen entre el Instituto y los científicos que crearon ese conocimiento. El dinero es reinvertido en la ciencia, en todas las ramas de la investigación”, señala Shmit.
En relación al tema COVID-19 considera que la vacuna es un tema muy complicado, porque en general se necesitan de 10 a 15 años para crearla. “No pasó nunca en la historia de la humanidad que haya 130 grupos investigando y avanzando en la creación de un vacuna. Sería la primera vez en la historia que se consiga una vacuna para una enfermedad específica en un año.”
Para Shmit es fundamental la inversión en ciencia básica, que es disruptiva y puede mejorar la calidad de vida. “Hay muchos políticos que piensan que hay que dedicarse solo a la ciencia aplicada o reducir la inversión en ciencia, sin embargo, ha quedado totalmente demostrado que no son las inversiones tradicionales las que nos van a sacar de esta crisis, sino que hay que invertir en lo básico: entender cómo funciona el coronavirus, invertir en gente excelente, en los sistemas de salud, todo esto va a haber que hacerlo durante bastante tiempo. Primero, tenemos que preservarnos y como sociedad vamos a tener que enfrentar graves crisis no solamente en el campo de la salud pública sino también problemas sociales, políticos, económicos derivados de cómo cada gobierno maneja esta situación. Debemos hacernos fuertes y cuidarnos, porque la solución va a llegar”, concluye.
Innovarás en todo momento
Avi Jorisch es empresario y autor del libro “Thout Shalt Innovative”, donde ha presentado innovaciones israelíes que están cambiando colectivamente el mundo. Este reconocido escritor considera que los ingredientes secretos del éxito de la tecnología israelí descansan en unos pocos pilares: “El primero, es que Israel no acepta un “no” como respuesta. La única manera de tener éxito en innovación es fracasando. En segundo lugar, la idea de diversidad. Israel es uno de los lugares más diversos del mundo con musulmanes, judíos, cristianos. Me gusta decir que la diversidad es la que le da energía a la innovación en Israel. Luego, el respeto por las instituciones seculares: las fuerzas armadas, las universidades… Finalmente, la idea profética de que estamos aquí para convertir el mundo en un mundo mejor. Hoy lo estamos viendo: Israel está llevando luz al mundo a través de su tecnología”.
Jorisch dió como ejemplo a United Rescue una app, que funciona como UBER, y que ubica a los 5 socorristas mas cercanos en caso de emergencias. El emprendimiento ya reunió a 6000 socorristas, cristianos, musulmanes y judíos, a quienes se les dio una “ambucicleta”, una pequeña motocicleta con una caja en la parte de atrás. “Con esta app, el promedio nacional en Israel para hacer llegar socorristas es de 3 minutos y en una ciudad principal es de 90 segundos (mientras que en cualquier país del mundo es de 22 minutos). Este modelo ya se está poniendo en práctica en 11 países del mundo. Y con esto se confirma que podemos salvar vidas con este tipo de tecnología: barata, escalable y diseñada para hacer de este un mundo mejor”, afirma.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]