La DGA compra 325 portátiles para garantizar la telemedicina en Primaria y Especializada
El Salud quiere dotar a los centros de dispositivos para hacer videollamadas de forma sencilla y segura. Ya se ha adjudicado el contrato para suministrar ordenadores y auriculares por más de 275.000 euros.
Ya lo advirtió la consejera de Sanidad, Sira Repollés, tras su toma de posesión: las consultas telemáticas, que llegaron impuestas por la crisis del coronavirus, han venido para quedarse. La nueva realidad será una combinación de citas presenciales y virtuales, lo que obliga al Ejecutivo autonómico a dotar a los centros de Atención Primaria y Especializada de nuevos dispositivos para mantener la actividad con plataformas seguras, que garanticen la confidencialidad de los pacientes y que no mermen la calidad de la asistencia. El Servicio Aragonés de Salud ha adjudicado ya un contrato de emergencia para el suministro de 325 equipos de movilidad para videoconsultas al grupo Solitium, por 275.275 euros.
La telemedicina se extenderá así a las 123 zonas básicas de salud de todo el territorio y a 237 servicios de Atención Especializada con consulta externa. “Serán dispositivos de movilidad que permitirán realizar videollamadas con pacientes pero también facilitarán videoconferencias para reuniones de gestión, formación, docencia o interconsultas de sesiones clínicas”, adelantó Juan Coll, responsable de Innovación y Nuevas Tecnologías del sector de Barbastro y coordinador de Transformación Digital en el Departamento de Sanidad. Precisamente desde el sector de Barbastro empezaron a trabajar la telemedicina gracias a unos proyectos europeos en 2005. Esta experiencia permite organizar ahora este nuevo sistema, que tiene que ser “seguro y garantizar la confidencialidad”: “La telemedicina aporta pero no es la panacea universal. No podemos sustituir todos los actos asistenciales, pero podemos hacer más accesibles algunos que por su naturaleza son perfectamente sustituibles”.
Los equipos constarán de ordenadores portátiles con una pantalla adicional para poder ver al paciente mientras el facultativo consulta su historia clínica, además de unos cascos o diademas que incorporarán auriculares y un micrófono para facilitar la comunicación. Para innovar, “hay que ir haciendo un cambio cultural, pasito a pasito”. Pero, como ha ocurrido durante la pandemia del coronavirus, “a veces aparecen factores precipitantes que son capaces de dar un salto cualitativo y cuantitativo”. Los profesionales sanitarios, durante el brote epidémico, “han tenido la necesidad de cambiar su forma de trabajo y probar las nuevas tecnologías porque las presencias suponían un riesgo”. Han ido surgiendo así “iniciativas más generalizadas” para normalizar su uso. Y ese es precisamente el reto que ha asumido el Servicio Aragonés de Salud: “Un proceso de trabajo que hace un par de meses era impensable, ahora podemos implantarlo de una forma ordenada”. Convivirán distintos procedimientos de consulta, como las videollamadas, las citas presenciales o las telefónicas, por lo que hay que concretar cuándo está indicada una u otra: “Son sistemas distintos y complementarios que no son sustitutivos en toda la asistencia”.
El objetivo es definir una “plataforma” que no dé soporte a unas iniciativas aisladas, “sino a la generalidad”, teniendo en cuenta los principios de universalidad y equidad: “Todos los ciudadanos aragoneses deberían tener acceso a este tipo de servicios”. Y, además, deben ser unos dispositivos “sencillos”, de manera que el paciente los pueda activar y los profesionales los puedan utilizar: “No podemos hacer que los problemas tecnológicos nos roben tiempo de consulta”.
Durante la pandemia de la covid-19 se han mantenido las consultas, pero la mayoría a través del teléfono. Si era necesario, el paciente podía enviar al facultativo alguna foto o vídeo para que este analizara su gravedad. “No podemos arriesgarnos a emplear herramientas de tipo doméstico como las que se han venido utilizando -afirmó Coll-, como las videollamadas de whatsapp o skype. Debemos atenernos a un reglamento de seguridad”. El Salud implantó hace unos cuatro años la Historia Clínica Electrónica (HCE) “global y única para todo Aragón”, que permite tener “toda la información necesaria para hacer una videollamada”. Según indicó: “La pandemia nos ha hecho el cursillo rápido, ahora la idea es implantar la telemedicina de manera progresiva”.
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