La teleasistencia avanza en España, aunque todavía presenta algunas incógnitas
La pandemia ha acelerado el uso de la telemedicina en España y el resto del mundo, pero aún existen algunas incógnitas sobre los beneficios de su utilización
Así quedaba reflejado en el último informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que publicó recientemente los de la primera oleada del barómetro sanitario correspondiente a este 2023. Estos datos reflejan que, cada vez más, este tipo de asistencia se impone en nuestro modelo sanitario. Tanto es así que, según estos datos, durante los últimos 12 meses, más de la mitad de los encuestados (un 60,6%) habían tenido alguna consulta por teléfono con su médico de cabecera o de familia.
Estos datos van más allá. Y es que, más de la mitad de los encuestados afirma estar de acuerdo (45,5%) o muy de acuerdo (10,4%) con que este tipo de consultas son más cómodas para el paciente. Eso sí, la mayoría de los pacientes también afirma que no puede explicarse igual de bien que en una consulta cara a cara. Pese a ello, los usuarios, en su gran mayoría, se encuentran desde algo satisfechos a muy satisfechos con estas consultas.
Más de la mitad de los encuestados afirma estar de acuerdo (45,5%) o muy de acuerdo (10,4%) con que este tipo de consultas son más cómodas para el paciente
Hasta un 63,7% de los usuarios están de acuerdo con que algunas consultas pueden hacerse por vía telefónica. En lo que respecta a las videoconsultas, se puede apreciar un gran cambio en la opinión de los encuestados. Hace unos meses, existía un empate en cuanto al uso o no de este tipo de consultas. Hoy en día, quienes utilizarían la videoconsulta ya son mayoría (51,4 % frente al 36,1%). Por otro lado, todavía un 10,2% de los usuarios no podrían utilizarla, especialmente por sus dificultades de acceso a internet.
Otro de los aspectos que podría cambiar también la idiosincrasia de la asistencia médica en España es el uso de la historia clínica digital. Pese a que esta opción ya existe, la mayoría de los usuarios no ha accedido nunca a su historia clínica por vía telemática.
Más aún, el 64,3% de los encuestados ni siquiera sabían que se pueden consultar electrónicamente los informes clínicos que tenga un mismo paciente en diferentes comunidades autónomas. No obstante, casi todos los encuestados afirman estar de acuerdo con que los datos de su historia clínica se puedan utilizar para la investigación sanitaria por instituciones públicas.
LA PANDEMIA COMO ELEMENTO TRANSFORMADOR
Esta disrupción en la manera en la que los españoles ven la teleasistencia viene acelerada por las consecuencias de la pandemia. Según un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el 2020, las consultas presenciales cayeron hasta un 30 % en España.
Como afirma este mismo informe, en España, casi el 50% de todas las consultas médicas brindadas en 2020 fueron teleconsultas. Cabe destacar que nuestro país incluye en estas teleconsultas las realizadas a médicos generalistas y pediatras que trabajan en centros de atención primaria del Sistema Nacional de Salud. De hecho, España encabeza la lista de países de la OCDE que ofrecieron teleconsultas en la pandemia. Le siguen Dinamarca y Estonia.
Según se afirma desde este órgano internacional, los expertos de los países coinciden en que los servicios de telemedicina tienen el potencial de generar un impacto positivo en cuanto a equidad, acceso, rentabilidad, calidad… Pese a ello, y como hemos comprobado con los últimos datos del CIS, todavía existen usuarios que no pueden hacer uso de este tipo de consultas. El acceso entre pacientes mayores, más pobres o que viven en áreas rurales, sigue siendo motivo de preocupación para la OCDE.
El acceso entre pacientes mayores, más pobres o que viven en áreas rurales, sigue siendo motivo de preocupación para la OCDE
En cuanto a los médicos, éstos tienen opiniones mixtas sobre el papel de los servicios de atención remota. En algunos países de la OCDE, como Austria o Inglaterra, los médicos optarían por continuar con la telesalud, mientras que en otros como Suecia, los expertos opinarían lo contrario. El informe no ofrece datos de la opinión de médicos españoles en este sentido.
En definitiva, según la OCDE, por el momento aún no está claro si la atención remota sustituye o complementa la atención presencial, y si agrega valor o es un desperdicio para los sistemas de salud. Existen grandes diferencias en el alcance y el uso de la telemedicina en los distintos países, pero los expertos coindicen en que se deben observar algunos aspectos para medir el impacto de este tipo de asistencia. En primer lugar, se debe aclarar qué pacientes están usando los servicios de atención remota, por qué los usan y qué sucede después de usarlos. También se deben integrar los servicios de atención a distancia y en persona para que estén coordinados.
“La telemedicina es solo una herramienta y, como cualquier otra herramienta, puede ser bien utilizada o mal utilizada. Cuando se usa bien, puede ser beneficioso para los pacientes y los sistemas de salud, siempre que sigamos trabajando para superar algunos escollos”, determina la OCDE.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]