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Aplicaciones para la depresión: eficaces, pero con margen de mejora

Un estudio con investigadores de la UOC constata que las intervenciones con el móvil ayudan a reducir los síntomas del trastorno, sobre todo si hay apoyo profesional El proyecto avanza hacia el diseño de una herramienta que valide la eficacia de las aplicaciones disponibles en el mercado, porque muchas no tienen evidencia científica detrás

Xavier Aguilar

Un estudio con participación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha constatado que el uso de aplicaciones para la depresión puede tener un efecto significativo en el tratamiento de los síntomas de este trastorno mental cada vez más prevalente, especialmente cuando se trata de intervenciones híbridas, es decir, que combinan la tecnología con la participación de un profesional. Esta es una de las conclusiones principales de la investigación que el equipo liderado por Carme Carrion, investigadora principal del eHealth Lab, ha obtenido a partir de la recopilación y el análisis de las investigaciones científicas más cuidadosas en este campo de los últimos años.

Los investigadores de este grupo de investigación, vinculado a los Estudios de Ciencias de la Salud y colaborador del eHealth Center, han estudiado las aplicaciones sobre la depresión en el marco del proyecto EvalDepApps, que cuenta con financiación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y quiere profundizar en la metodología para evaluar las aplicaciones que tienen por objetivo el manejo de la depresión. Gracias a las investigaciones que están llevándose a cabo, el programa desarrollará una herramienta que pretende ayudar a pacientes y profesionales a determinar cuáles son las mejores aplicaciones para tratar este trastorno, que afecta a más del 5 % de la población.

“En los repositorios de aplicaciones hay decenas que quieren prevenirla o tratarla, pero muy pocas tienen evidencia científica detrás o han contado con la ayuda de profesionales o pacientes”, explica Carrion. La revisión de la literatura científica ha permitido detectar 29 trabajos científicos rigurosos que estudian la eficacia de las intervenciones en salud móvil aplicada a la depresión. De su análisis, se desprende que el uso de las intervenciones de mHealth tiene un efecto moderado y puede ser un método viable para ofrecer atención a la salud mental, pero también que la oferta de recursos actual tiene un alto nivel de diversidad, que hace difícil su caracterización.

 

Cuanto más grave es la depresión, más uso

Además de la eficacia para reducir los síntomas depresivos, con las intervenciones híbridas consiguiendo mejores resultados que las puramente tecnológicas, uno de los patrones observados es que los usuarios prefieren las aplicaciones sencillas y fáciles por encima de las que ofrecen muchas posibilidades y opciones pero que no son tan comprensibles. Además, también se ha visto que, cuanto más alto es el grado de depresión, más tendencia hay a usarlas. En cambio, no se han observado diferencias significativas en cuanto a la edad o el género.

“Todo ello nos indica la necesidad de enfoques personalizados que tengan en cuenta las diferencias, las preferencias y las necesidades individuales. Y, para garantizar su eficacia, es importante priorizar los principios basados en la evidencia y las herramientas de evaluación estandarizadas como las que queremos desarrollar”, apunta Andrea Duarte, investigadora de la Fundación Canaria Instituto de Investigación Sanitaria de Canarias (FIISC), adscrita al Servicio de Evaluación del Servicio Canario de la Salud (SESCS), y quien ha liderado este metaanálisis.

En la investigación, de acceso abierto, también han participado Antoni Pérez Navarro, investigador del eHealthLab y profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC; Noemí Robles, del eHealth Center, y también personal de la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universidad de Vic, la Universitat Internacional de Catalunya y del Instituto Catalán de la Salud.

“En general, las aplicaciones para la depresión tienen un efecto moderado en la reducción de los síntomas, pero hay mucha diversidad en las características y los componentes que tienen. Ninguno de ellos por sí solo se relaciona con más o menos eficacia, así que habría que ir más allá de intentar hacer una aplicación para todo el mundo y saber qué aplicación y con qué características tiene que desarrollarse para las personas con determinadas necesidades”, explica Duarte.

La investigadora admite que la introducción de la tecnología en el tratamiento de la salud mental “todavía está en pañales“, pero a la vez coincide con Carrion en que es una vía que hay que explorar: “Visto el incremento de la demanda y la limitación de recursos, para conseguir mejorar la efectividad de los tratamientos, pero también para la eficiencia del sistema sanitario, será imprescindible introducir herramientas tecnológicas, pero hace falta que sean buenas, validadas y que aporten valor“.

Una vez terminado este estudio, la investigación en este campo sigue: ahora ya se está trabajando en una tesis doctoral sobre cómo debería introducirse la tecnología en Cataluña en el manejo de la depresión leve y, además, hay varios talleres programados con pacientes que sufren o han sufrido depresión para que puedan decir su opinión y orientar a los investigadores sobre las aportaciones que añaden más valor a las intervenciones.

 

Artículo de referencia:

Duarte-Díaz, A.; Perestelo-Pérez, L.; Gelabert, E.; Robles, N.; Pérez-Navarro, A.; Vidal-Alaball, J.; Solà-Morales, O.; Sales Masnou, A., Carrion. C. (2023): Efficacy, Safety, and Evaluation Criteria of mHealth Interventions for Depression: Systematic Review. JMIR Ment Health;10:e46877; doi: 10.2196/46877

Este proyecto de investigación con participación de la UOC ha recibido financiación del Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Ciencia e Innovación) y favorece el objetivo de desarrollo sostenible (ODS), 3 salud y bienestar.

UOC R&I

La investigación e innovación (I+i) de la UOC contribuye a solucionar los retos a los que se enfrentan las sociedades globales del siglo xxi mediante el estudio de la interacción de la tecnología y las ciencias humanas y sociales, con un foco específico en la sociedad red, el aprendizaje en línea y la salud digital.

Los más de 500 investigadores e investigadoras y más de 50 grupos de investigación se articulan en torno a los siete estudios de la UOC, un programa de investigación en aprendizaje en línea (e-learning research) y dos centros de investigación: el Internet Interdisciplinary Institute (IN3) y el eHealth Center (eHC).

La universidad impulsa, también, la innovación en el aprendizaje digital a través del eLearning Innovation Center (eLinC), y la transferencia de conocimiento y el emprendimiento de la comunidad UOC con la plataforma Hubbik.

Los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el conocimiento abierto son ejes estratégicos de la docencia, la investigación y la innovación de la UOC. Más información: research.uoc.edu.

Source
https://www.uoc.edu/

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