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Telemedicina: atención que rompe fronteras

Este método de atención evita que el usuario se desplace, muchas veces cientos de kilómetros, sin verdadera necesidad.

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Si bien la pandemia de la Covid-19 ha sido una experiencia compleja, esta también ha originado avances positivos en las dinámicas de la sociedad. Los confinamientos obligatorios hicieron necesario implementar de una vez por todas la telemedicina.

En un contexto general, la telesalud se planteó como un método efectivo para acercar al médico y al paciente que por dificultades geográficas no tenían facilidad de acceso y comunicación. Desde 2010, la Ley 1419 la reguló, pero sus lineamientos eran tan estrictos y demandaban una inversión tan grande por parte de los prestadores de salud, que pocos

En 2020, con la pandemia, la telesalud se hizo tan prioritaria y urgente que, el Ministerio de Salud y Protección Social decidió hacer las concesiones necesarias para agilizar su proceso de implementación y, para mediados de abril de ese año, ya varios organismos y entidades contaban con este modelo de atención.

“Desde 2018, el Hospital San Vicente Fundación ya había puesto en funcionamiento la teleorientación para monitorear pacientes específicos de oncología, anticoagulaciones y adicciones, así como la teleducación proporcionada por el personal de enfermería a los pacientes en diferentes programas médicos”, cuenta Yuli Fernanda Orozco Pineda, gerente de Tecnología del San Vicente Fundación. “También, finalizando 2019, en vínculo con la Clínica Panamericana de Apartadó, se habilitaron módulos de ortopedia para conectar pacientes en lugares remotos o pacientes de ARL, con especialistas del San Vicente. Con la pandemia analizamos todas las especialidades del Hospital y se puso en marcha la teleorientación para ellas. Tuvimos que capacitar en tiempo récord al personal médico en cómo utilizar la herramienta, cómo comunicarse efectivamente con el paciente, pero también enseñarle a este a cómo sacarle provecho a este modelo”, añade. En esta fase se involucraron los empleados del call center, quienes hicieron pruebas con los usuarios antes de las citas.

Continuidad en la atención

“Nosotros ya veníamos usando una herramienta interna para comunicación del personal asistencial. Cuando llegó la pandemia, nos reunimos en equipo para tomar las mejores decisiones pensando en el paciente, en el asegurador, en la institución y en cómo tener los registros adecuados. Ya contábamos con un sistema de historia clínica que con pocas modificaciones cumplía los requerimientos de ley y descubrimos que también podíamos utilizar la herramienta que ya teníamos para implementar la telemedicina. Lo logramos de una forma estructurada y cumpliendo con los requisitos normativos, aunque con algunos retos logísticos”, explica Ana Catalina Tobón, directora de Calidad de la Clínica Las Américas.

Más que una llamada

Por ley, seguridad de los pacientes y de los prestadores, un enorme montaje va detrás de la telemedicina: tecnología adecuada, alta capacidad de internet y de almacenamiento de datos, garantía de seguridad y de la privacidad del paciente, educación del personal de salud y del administrativo, así como del usuario en la utilización de la herramienta.

Es así como el primer reto de la telesalud fue la tecnología. Para una videoconferencia se requiere internet con capacidad suficiente y un computador o celulares de gama media alta. “Teníamos muchos componentes tecnológicos que nos permitieron movernos rápidamente, pero siendo el tipo de institución que somos, con más de 33 consultorios externos en varias especialidades, sí nos tocó hacer esfuerzos económicos grandes porque tuvimos que comprar equipos de cómputo con mejores cámaras, inversiones en temas de seguridad y, finalmente, en todo el tema de capacidad”, cuenta Yuli Fernanda Orozco.

Todo esto ha hecho posible atender a personas en veredas o parajes remotos, así los pacientes no tengan celular o computador, o no sepan manejar la virtualidad. “Se habilitaron los centros de atención locales con la tecnología necesaria. Así, si una persona necesitaba una consulta no vital con un especialista o para una revisión, en vez de tener que viajar varias horas para llegar a Medellín, podía acercarse a su centro de salud más cercano y en él, con la tecnología existente y la intermediación del médico general, recibir la atención que requería”, señala Meisser Alberto López Córdoba, líder médico de Cirugía del Hospital San Vicente Fundación y líder en la implementación de telesalud.

El segundo reto estuvo en convencer a los profesionales de la salud y a los usuarios de que se trataba de una metodología de atención efectiva.

“Con los pacientes se presentó de todo; los que inmediatamente aceptaron el cambio y los que decidieron esperar, hasta que pasó tanto tiempo que decidieron acercarse a esta modalidad”, señala Ana Catalina Tobón, directora de Calidad de la Clínica Las Américas

En pocos meses y contra reloj, se logró aplicar la telesalud en Colombia. La pregunta es: ¿Es la modalidad de servicio del futuro? No. Simplemente es otra modalidad más, con muchos beneficios, pero que no siempre podrá reemplazar la cita presencial, pues hay especialidades y casos concretos en los que sí se requiere tener cerca a la personas. Lo que sí se tiene claro es que la teleconsulta es increíblemente útil tanto para el paciente como para el médico, ya que es una especie de tamizaje, que evita que el usuario se desplace, muchas veces cientos de kilómetros, sin verdadera necesidad.

Es así, como la capacidad de internet, la tecnología de los smartphones, la calidad de la imagen, la posibilidad de recibir exámenes directamente del laboratorio o ver imágenes diagnósticas en línea han hecho posible que la telesalud sea hoy una realidad y cada día sea una oportunidad para sacarle el mejor provecho

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Source
https://www.elcolombiano.com/

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