Los oncólogos prevén 2.000 casos más de cánceres ginecológicos
Los tratamientos individualizados y la telemedicina benefician a pacientes con cánceres ginecológicos
Algunos cánceres ginecológicos recurren en el tiempo, por lo que la elección del tratamiento adecuado es un aspecto crucial para garantizar la supervivencia del paciente. Los avances para el cáncer de ovario pasan por los inhibidores de PARP (sustancia que impide la acción de una enzima de las células que ayuda a reparar el daño al ADN), que están ofreciendo muy buenos resultados. Las pacientes que más se están aprovechando de estos inhibidores son aquellas que presentan tumores con mutación de BRCA o déficit de recombinación homóloga (HRD).
La telemedicina puede agilizar el seguimiento de los tratamientos. En este caso, la detección y el tratamiento del cáncer de ovario podría beneficiarse de ella. Un estudio del equipo Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSK) indica que “para los pacientes que se someten a controles rutinarios de síntomas, control de marcadores tumorales y obtención de imágenes, las visitas virtuales pueden ser una alternativa a las presenciales con examen físico. Sugerimos que puede ser apropiado reevaluar las directrices de vigilancia actuales y revisar nuevas estrategias de seguimiento que sean económicas y eficaces en esta nueva era de la telemedicina”.
La inmunoterapia ha sido un tratamiento clave para pacientes que sufrían cáncer de cuello de útero. Sin embargo, en los últimos años se están adoptando fármacos basados en vacunas y tratamientos apoyados en platino y antiangiogénicos. La terapia es similar para aquellas que sufren cáncer de endometrio, pero se combina la tradicional imnunoterapia con los antiangiogénicos en pacientes que presentan inestabilidad de microsatélites. La nueva clasificación molecular del cáncer de endometrio se muestra como uno de los grandes hallazgos para el abordaje de este tipo de tumor.
No hay duda de que las novedades en los tratamientos mejorarán la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes, pero no hay que olvidarse del Covid-19. La llegada de la pandemia retrasó los plazos de diagnóstico por el colapso en los centros de atención primaria, en las consultas especializadas y en los hospitales. Los expertos piden establecer y estratificar los casos de cáncer según el riesgo, así como priorizar en diferentes estrategias de tratamientos en la era post-covid. El plan pasa por plantear un mayor seguimiento para todas aquellas pacientes que no tuvieron la oportunidad de recibir el mejor tratamiento en su momento.
Actualmente no existen datos oficiales que constaten el impacto de la pandemia en el diagnóstico de los cánceres ginecológicos, pero sí ha incidido en los plazos de detección. “En marzo del 2020, con la llegada de la pandemia, se paralizaron todas las consultas de pruebas de screening (cribado), citologías, etc. porque había que preservar que a los hospitales viniese gente susceptible de transmitir el Covid-19 y porque las pacientes dejaron de venir a las consultas. Todos los programas de cribado se paralizaron radicalmente y los tipos de cánceres más perjudicados fueron los que no tuvieron screening, como es el caso del de cuello de útero. Sin embargo, habrá que esperar unos años para saber cómo afectó el impacto de la pandemia en el diagnóstico de pacientes con cánceres ginecológicos”, concluye Javier de Santiago, jefe del Servicio de Ginecología Oncológica de MD Anderson Madrid.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]